Toca el despertador muy pronto, hoy es el día del jaguar. Tenemos que estar en Porto Jofre a las 7:00 de la mañana, porque a esa hora nos espera un bote para recorrer tres de los grandes ríos de la zona, el Tres Hermanos, el Cuiabá y el Piquiri, en busca de uno de los felinos más esquivos y más bellos del planeta.

Por ello, a las 3:15 nos levantamos, hay que tener en cuenta que solamente separan a la fazenda Santa Tereza de Porto Jofre unos 80 kilómetros, pero ya nos dijeron en la fazenda que tardaríamos casi 3 horas en llegar, ya que, tenemos que viajar de noche por la transpantaneira, que no hay que olvidar que es una pista de tierra, y atravesar muchos puentes de madera que hay que cruzar en la primera o segunda marcha del coche.

Primeramente, nos dirigimos al comedor a recoger unos sándwiches y tomar un café con galletas que nos han dejado preparado el personal de la fazenda el día anterior.

A las 4:00, ya estamos en el coche dispuestos a tomar camino hacia Porto Jofre. En el camino pasamos por multitud de puentes de madera, alguno de ellos tan destartalados que, ciertamente impresionan.

La premura por llegar y la total oscuridad de la noche, hace que no paremos apenas para ver animales, pero por ello, no dejamos de observar ojos iluminados en la carretera de muchos chotacabras, parecen ser todos Chotacabras pauraque (Nyctidromus albicollis), además de un felino en el borde de la pista, que tenemos la oportunidad de frenar el coche, ponernos al lado de él y observarle durante unos pocos segundos, se trata de un precioso Margay (Felis wiedii). Vaya alegría para todo el grupo poder observar a otro de los mamíferos difíciles del Pantanal a escasos 5 metros.

Sobre las 6:45 llegamos a Porto Jofre. Joao, el guía que nos han asignado, ya nos está esperando, por tanto, cargamos en el bote todo el material óptico, la bolsa de los sándwiches y emprendemos nuestra aventura por la tierra del Yaguar.

Nada más empezar el tour por el ancho río Cuiabá, nos encontramos con un grupo de botes que están parados mirando algo, y allí vemos nuestro primer Yaguar (Panthera onca) que se asoma por una pequeña ventana del dosel selvático. El subidón es increíble, pero éste desaparece muy rápido.

Unos minutos más tarde nos entretenemos con una familia de Nutria gigante (Pteronura brasiliensis) que hacen las delicias de todo el grupo, aunque todavía hay poca luz para poder tomar alguna foto decente,

Seguimos la ruta, río arriba, cuando de pronto, volvemos a ver de nuevo al grupo de botes que estaban parados hace unos minutos. Algo están mirando, y allí, sí allí, podemos ver una preciosa hembra de Yaguar (Panthera onca) preñada que, va caminando tranquilamente por la orilla. La mayoría del tiempo tapada por la vegetación, pero de vez en cuando, sale a claros y se pasea por esas playas arenosas que el Cuiabá tiene, y en esta ocasión, sí que le podemos tomar fotos durante más de una hora. Una auténtica pasada.

Una vez el Yaguar desaparece, después de andar por la orilla unos 3 kilómetros, según nos dijo Joao, nos entretenemos con aves que nos vamos encontrando en el camino, como Chajá común (Chauna torquata), Rayador americano (Rynchops niger), Chorlitejo de Azara (Charadrius collaris), Avefría de Cayena (Hoploxypterus cayanus), Carpintero verdiamarillo (Piculus chrysochloros), Charrancito amazónico (Sternula superciliaris), Charrán picudo (Phaetusa simplex), Paloma montaraz frentiblanca (Leptotila rufaxilla), Golondrina gorgirrufa (Stelgipdopteryx ruficollis), etc.

Antes de volver para comer, Joao nos para en una playa para buscar huellas de Jaguar. Pronto encontramos una, aunque un poco antigua y Paco, el fanático de las huellas, la fotografía bajo la atenta mirada de un Yacaré (Caiman crocodilus) que está en la orilla con un enorme pescado en la boca.

Paramos a las 11:00 a comer en un impresionante barco que hay amarrado en la orilla del río. Este barco está habilitado con restaurante y camarotes, donde los turistas que vienen a esta parte del planeta a buscar Yaguar, se pueden alojar.

Después del almuerzo, descansamos un rato en un apartado del barco que tiene aire acondicionado y a las 13:00 horas, viene otra vez a buscarnos Joao para intentar buscar de nuevo al Yaguar hasta las 15:00 de la tarde, hora que está fijada la finalización del tour.

El calor es insoportable a esa hora, hace más de 40º y la sensación térmica es mucho más alta, además, el Yaguar (Panthera onca) se está resistiendo esta tarde y el tiempo pasa rápido, pero seguimos viendo aves sin parar, pudiendo destacar, Espinero grande (Phacellodomus ruber), Titirijí común (Todirostrum cinereum), Cuco ardilla menor (Coccycua minuta), Trogón curucuí (Trogon curucui), Busardo urubitinga (Buteogallus urubitinga), Jacamará colirrufo (Galbula ruficauda), etc.

Casi eran ya las 15:00 horas, cuando vemos un nutrido grupo de Nutria gigante (Pteronura brasiliensis) que nos tienen entretenidos durante mucho tiempo, además, en una playa del río se encuentran un montón de aves, entre los que están, Bandurria común (Theristicus caudatus), Aura sabanera (Cathartes burrovianus), Chajá común (Chauna torquata), Avefría tero (Vanellus chilensis), etc. Este momento nos ha alargado la jornada hasta las 16:00 horas, momento que Joao pone la directa y nos dirigimos hacia el muelle para terminar nuestra aventura.

Pero parece que a última hora la suerte está nuevamente de nuestro lado y al cruzarnos con otro bote, le dice su conductor a Joao, que están viendo un Yaguar (Panthera onca) muy cerca de nuestra posición, con lo cual y sin preguntar, Joao pone rumbo hacia donde le ha dicho su paisano.

En dos minutos nos presentamos en el lugar donde nos han dicho, y allí, ya hay un montón de botes fotografiando a un espectacular macho viejísimo, que Joao nos dice que debe pesar unos 120 kilos, un verdadero monstruo.

Le disfrutamos durante más de una hora, le vemos abrir la boca, afilarse las uñas en un tronco en la orilla del río, nadar a pocos metros de los botes, etc., aunque el momento top, es cuando se llaman por la emisora de radio los conductores de los botes para avisarse que le tenemos que dejar paso porque el Yaguar (Panthera onca) tiene intención de cruzar el río hacia la otra orilla, que está a unos 100 metros, y así lo hace.

Momentos después, sale del agua por una playa del río y se aleja pausadamente sin volver la cabeza. Paco aprovecha y le dice a Joao que se acerque a la orilla que va a desembarcar rápido para tomar una foto de la reciente huella que ha dejado el felino. Para ver la foto de la huella, pincha aquí.

Llegamos a las 17:10 al embarcadero y Joao se llevó una buena propina por su amabilidad y por haber alargado la jornada más de dos horas.

Llegamos a Santa Tereza sobre las 20:00 horas, sin mucho que contar, ya que, íbamos más pendientes de llegar a una hora razonable a la cena.

Al levantarnos, nos damos una vuelta por la fazenda hasta la hora que empieza nuestro tour, que consistía en una caminata guiada por los mismos senderos donde ayer fotografiamos al Ocelote (Leopardus pardalis).

En los alrededores del lodge, podemos ver Golondrina parda (Progne tapera), Catita chirirí (Brotogeris chiriri), Tortolita escamosa (Scardafella squammata), Carancho meridional (Caracara plancus), etc.

Luego, después de desayunar, iniciamos nuestra caminata por los senderos. El guía es el mismo chico, no recuerdo su nombre, que hizo el tour del bote con nosotros el primer día en Santa Tereza, pero la verdad es que, no tiene mucha idea de aves, sobre todo, de los pájaros pequeños que es lo que estamos buscando en estos momentos.

Primeramente, atravesamos un charco justo antes de ingresar en el tupido bosque. En ese charco, podemos ver Tigana (Eurypyga helias), Jacana suramericana (Jacana jacana) y un Bienteveo rayado (Myiodynastes maculatus). Más tarde en la orilla del río, veo una Garza capirotada (Pilherodius pileatus) dando buena cuenta de un pequeño pez, además de un Pepitero grisáceo del Amazonas (Saltator coerulescens coerulescens) que canta con mucha energía.

Ya, en el interior del bosque, hay un cartel que dice bien claro "No andar solo por aquí, mínimo dos personas, estás en la tierra del jaguar", menos mal, vamos 6 personas.......

El bosque por el que andamos, es tan denso que es difícil ver pájaros por allí, pero el lugar es increíble, con lianas que desde lo alto de la selva bajan hasta el suelo, grandes termiteros que parecen diseñados por un experimentado arquitecto y sonidos de aves, las cuales, son imposibles de ver. Tan solo vemos un Jacamará colirrufo (Galbula ruficauda) escondido entre unas ramas. Más tarde, llegamos a una torreta que se yergue por encima del dosel de la selva.

Desde allí las vistas son impresionantes. Desde ahí arriba, el río Pixaim se puede ver en todo su esplendor y desde sus mismas orillas nace esa impresionante selva en la que nos encontramos. Desde lo alto de la torre podemos ver nuestra primera especie de tucán, el Arasarí caripardo (Pteroglossus castanotis), además de Chachalaca charata (Ortalis canicollis), entre otros.

Antes de abandonar la selva, paramos en uno de los pocos claros que allí hay, pudiendo ver Trepatroncos oliváceo (Sittasomus griseicapillus), Tuquito rayado (Empidon varius), Turpial boyerito (Icterus cayanensis), Diamante de cabeza parda (Amazilia fimbriata), Semillero curió (Oryzoborus angolensis), etc.

Ya, fuera del bosque y camino a la fazenda, paramos en un grupo de árboles aislados, donde podemos ver una especie muy interesante, Pijuí chotoy (Schoeniophylax phryganophilus), un pájaro que Ángel llevaba reclamando mucho tiempo un encuentro con él, ya que, antes de viajar a Brasil, nos hicimos unas camisetas, donde en el dorso, estaban inscritas las 10 especies de aves y las 5 de mamíferos que más ganas de ver teníamos cada uno, por lo tanto, eran distintas las inscripciones de cada camiseta, y Ángel, tenía apuntado el Pijuí chotoy. Cuenta le tenía ir viendo las especies que estaban anotadas en su camiseta, si no quería seguir pagando ronda de cervecitas cada noche, porque al final del día hacíamos la lista, y el que menos especies tenía tachadas en su camiseta, pagaba.

Por la tarde, decidimos ir nosotros solos por ese mismo camino para intentar ver el Saltarín de yelmo (Antilophia galeata), Algún guía local, ya nos había dicho que en ese bosque se le podía buscar y con suerte ver, pero es imposible, no le logramos localizar, aunque vemos otras especies como Tangara sayaca (Thraupis sayaca), Batará mayor (Taraba major), Bienteveo alicastaño (Myiozetetes cayanensis), Carpintero chico (Veniliornis passerinus), y en el río, Anhinga americana (Anhinga anhinga) y Capibara (Hydrochaeris hydrochaeris), entre otros.

El susto del viaje lo da Juanma antes de cenar, cuando nos dice que tiene un fuerte dolor en el costado y tenemos que salir corriendo a un centro de salud en Poconé.

Todo quedó en un gran susto, al final fue un cólico nefrítico, aunque éste, le hizo al bueno de Juanma perderse lo que quedaba de viaje.

Pasamos la noche Paco y yo en el hospital Sao Mateus de Cuiabá, junto a Juanma. Le iban a dejar ingresado en observación 24 horas hasta que le dieran los resultados de las pruebas, por ello, hablamos entre los tres y decidimos volvernos a la fazenda e ir llamándole para que nos diera noticias.

La fazenda Santa Tereza se portó en todo momento fenomenal con nosotros, nos había acompañado una chica del personal, Fabiana, además allí nos estaba esperando otra chica más, Aisline, con buenos conocimientos de castellano para hacer de intérprete en el hospital.

Teníamos que intentar volver a la normalidad lo antes posible, con lo cual, nos pusimos en ruta Paco, Fabiana y yo, y afrontamos las 4 horas de viaje que hay entre el hospital y la fazenda Santa Tereza, parando de vez en cuando para ver pájaros, aunque sin prismáticos. Por nombrar algunos, pudimos ver Tucán toco (Ramphastos toco), Pirincho (Guira guira), y un espectacular Halcón murcielaguero (Falco rufigularis) que pudimos observar encima de un puente de la transpantaneira durante varios segundos a escasos 10 metros de nosotros.

Llegamos a Santa Tereza sobre las 11:15 horas. Hacemos tiempo hasta la hora de la comida, contándole a Guille y Ángel las novedades, ya que, ellos no tenían ninguna noticia hasta entonces.

Después de una buena siesta, Paco y yo estábamos reventados de la noche que habíamos pasado, la tarde la empleamos en un paseo en bote, donde vemos buena cantidad de aves, algunas de ellas muy interesantes, como Garza agamí (Agamia agami) o Martín pescador enano (Chloroceryle aenea).

El viaje está siendo una verdadera pasada. Nuestro guía, cada vez que ve un Martín gigante neotropical (Megaceryle torquata) o un Busardo colorado (Busarellus nigricollis) arroja peces al agua, y éstos, se tiran a por ellos de una manera feroz.

Estos paseos en bote por un río como el Pixaim, me parecen un auténtico lujo, además del ambiente de tranquilidad que se respira, los pájaros están por todos lados, por ambas orillas. Cuando no te encuentras un Anhinga americana (Anhinga anhinga) que acaba de pescar un pez, te encuentras un Martín pescador amazónico (Chloroceryle amazona) que se ha lanzado de cabeza al agua, también a por su ración, y cuando no, te encuentras una Garza capirotada (Pilherodius pileatus) soleándose en una de las orillas, o una Garceta azul (Egretta caerulea) junto a su pollo de color blanco, muy diferente al adulto, lo dicho, un auténtico lujo.

Además, también vimos Garcita verdosa (Butorides striatus), Martinete cucharón (Cochlearius cochlearius), Busardo urubitinga (Buteogallus urubitinga), Avetigre colorada (Tigrisoma lineatum), Yacaré (Caiman crocodilus), Agutí de Azara (Dasyprocta azarae), Capibara (Hydrochaeris hydrochaeris), etc., y para terminar la jornada, nos encontramos con una enorme Nutria gigante (Pteronura brasiliensis), que durante buen rato estuvimos viendo y fotografiando a placer.

Volvemos a las 6:30 a la fazenda, momento que aprovechamos para llamar a Juanma para cerciorarnos que todo sigue bien, y así es.

Después de cenar, volvemos a probar suerte en el hide del Ocelote (Leopardus pardalis), pero en esta ocasión no hay suerte y el felino no aparece.

Hoy seguramente nos volveremos a encontrar con Juanma. Las noticias que tenemos del día anterior son, que casi con total seguridad hoy le darán el alta y un chico que reparte alimentos por las fazendas de la transpantaneira lo va a traer hasta Santa Tereza. Todo eso lo ha gestionado el personal de la fazenda, y por ello, se lo agradecimos muchísimo.

La idea del día es conducir por la transpantaneira hacia el sur para intentar ver Federal (Amblyramphus holosericeus). Este pájaro pertenece a la familia de los ictéridos y el hábitat que le gusta son zonas con buenas manchas de Espadaña (Typha spp.) y Junco (Juncus spp.).

Casi amaneciendo, salimos y empezamos a cruzar puentes, alguno de ellos tan destartalado, que bien se merecen parar a hacer alguna foto y video de ellos.

En el camino nos vamos encontrando bastantes pájaros, pero no podemos parar mucho tiempo, porque el objetivo es llegar hasta esa zona de espadañas y juncos, que se encuentran casi en Porto Jofre, a unos 70 kilómetros de Santa Tereza, y queremos volver a comer a la fazenda, porque Juanma podría llegar a esa hora. Aun así, podemos ver y fotografiar Martín pescador amazónico (Chloroceryle amazona), Busardo sabanero (Buteogallus meridionalis), Pirincho (Guira guira), Garrapatero mayor (Crotophaga major), Halcón reidor (Herpetotheres cachinnans), etc.

Después de conducir durante más de dos horas, llegamos a las primeras manchas de espadañas que se pueden ver a un lado de la carretera. La verdad que están muy lejos del borde de la pista, pero aun así, miramos con ahínco, pero de momento no aparece el Federal (Amblyramphus holosericeus). Sí que vemos otros pájaros interesantes, como Copetón feroz (Myiarchus ferox) o Viudita cabeciblanca (Arundinicola leucocephala).

Después de mirar por varias zonas donde se encuentran estas espadañas sin resultados, Paco se sube al pick-up del coche y con los prismáticos ve un pájaro a lo lejos y canta: "Federal, Federal".

El ave se encuentra en lo más alto de una espadaña, pero bastante lejos, aunque se le distingue muy bien por su pecho y cabeza de un rojo brillante.

Todos nos encaramamos al pick-up y le podemos observar durante varios segundos, pero éste no aguanta mucho tiempo y cuando tenemos ya montado el telescopio, el ave desaparece. Ya no logramos ver ninguno más, una pena, porque es un pájaro que, por su belleza se hubiera merecido una buena foto.

Nos quedan muchos kilómetros de vuelta y decidimos poner rumbo de nuevo a Santa Tereza.

En el camino podemos disfrutar de una familia de Chajá común (Chauna torquata) con sus retoños, además de Semillero overo (Sporophila lineola), Busardo urubitinga (Buteogallus urubitinga), Columbina colilarga (Uropelia campestris) y Ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomous).

Llegamos sobre las 13:00 horas a Santa Tereza y nos comunica Rosanne, la chica de la fazenda que, Juanma ya está de camino, con lo cual, comemos y nada más terminar, por allí aparece Juanma con una sonrisa. Todos nos abrazamos y el bueno de Juanma nos da las novedades de su corto periodo en el hospital.

Por fin estamos el equipo al completo. Descansamos un poco y a las 16:30 nos ponemos de nuevo en marcha, pero Juanma nos ha dicho que no viene porque prefiere descansar. El objetivo es recorrer de nuevo los senderos del bosque de Santa Tereza en busca de otro de los ansiados objetivos del viaje, el Saltarín de yelmo (Antilophia galeata), pero nuevamente nos vuelve a dar esquinazo.

Ni siquiera le hemos oído al pequeño saltarín, y eso que hemos estado buscándole en lugares que teníamos posición gps de otros birdwatchers que le habían visto hace pocas fechas.

Volvemos a la fazenda casi sin luz, pero por ello, no dejamos de ir a una torreta que tienen allí enclavada enfrente de un nido de Jabirú americano (Jabiru mycteria). Además de estos pájaros gigantes, podemos ver Picabuey (Machetornis rixosa), Hornero común (Furnarius rufus), Bienteveo chico (Philohydor lictor), etc.

Después de cenar Guille y Ángel deciden ir de nuevo a probar suerte al hide del Ocelote (Leopardus pardalis), por cierto, en esta ocasión sí que les entró, por otro lado, Paco y yo nos vamos a hacer un safari nocturno programado por la fazenda.

El tour nocturno discurre por el camino que va desde la fazenda hasta la transpantaneira y por la misma transpantaneira. Podemos ver a pocos metros Tapir amazónico (Tapirus terrestris), además de Mapache cangrejero (Procyon cancrivorous), Zorro cangrejero (Cerdocyon thous), Ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomous) y Chotacabras pauraque (Nyctidromus albicollis).