Marruecos 2025 (II)

Del 21 de abril al 1 de mayo

PARTICIPANTES: Paco Bustamante y Quique Marcelo

CRÓNICA
(Parte II)


Día 24 de abril
Valle de Ourika y Oukaimeden


Camachuelo alirrojo

Oukaimeden


Alondra cornuda

El día comienza temprano, con el despertador sonando a las 5:00 h. Tras asearnos y desayunar rápidamente en la habitación, partimos a las 5:50 h. rumbo a Oukaimeden, una estación de esquí situada a más de 2.600 metros de altitud que, fuera de temporada, se convierte en un enclave ornitológico de primer nivel, además de ser el lugar donde habita el Toubkal, la montaña más alta del norte de África, con 4.167 m. de altura.

A nuestra llegada, el sol comienza a despuntar y el aire es frío. La primera parada es en la laguna de Oukaimeden donde observamos una Focha común (Fulica atra) nadando con calma. Comenzamos a ascender a pie por la ladera y enseguida aparecen las primeras especies: una Collalba negra (Oenanthe leucura), seguida de varios Gorriones chillones (Petronia petronia) entre las construcciones de piedra.

Más arriba, detectamos las dos chovas características del lugar: la Chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus) y la Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), que se dejan ver claramente en vuelo y alguna de las piquigualdas posadas sobre las construcciónes. Poco después, vemos fugazmente a un Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri), aunque desaparece rápido. En la misma roca aparece un Roquero solitario (Monticola solitarius), seguido de un Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).

Con los prismáticos localizamos al gran objetivo del día, un grupo de Camachuelos alirrojos (Rhodopechys sanguineus) se alimentan entre las piedras y nos regalan más de una hora de observación. De regreso hacia el coche, descubrimos a la otra estrella, una pareja confiada de Alondra cornuda (Eremophila alpestris) que completa un bloque excelente de especies alpinas.

Seguimos carretera arriba hasta la estación principal del teleférico, donde observamos una pareja de Collalba del Atlas (Oenanthe seebohmi), además de Zorzal charlo (Turdus viscivorus), Pinzón magrebí (Fringilla spodiogenys) y otros comunes de la zona. En ese momento, un chico inglés se detiene en su coche y nos ofrece enseñarnos un Cárabo del Magreb (Strix mauritanica). Le seguimos y, efectivamente, encontramos al impresionante búho posado entre unos cipreses. Un momento inolvidable. También en los alrededores se encontraba un grupo familiar de Ardillas terrestres de Berbería (Atlantoxerus getulus), especie endémica del Atlas.

Ya en el poblado de adobe de Oukaimeden, insistimos en buscar nuevamente al Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri), que esta vez se deja ver bien y fotografiar. También repetimos con Roquero solitario (Monticola solitarius), Alondra cornuda (Eremophila alpestris) y añadimos una Collalba gris (Oenanthe oenanthe) al cierre.

Para terminar la jornada, decidimos subir en coche hasta lo más alto de la estación de esquí, donde se encuentra un mirador espectacular. Desde allí, las vistas son simplemente sobrecogedoras. Frente a nosotros se alza majestuoso el pico Oukaimeden, que da nombre a la estación, con su perfil escarpado recortándose contra el cielo. Pero aún más impresionante es la panorámica del Toubkal, el techo del norte de África, que con sus 4.167 metros de altura domina todo el paisaje. Es un momento de pausa y contemplación, una forma perfecta de cerrar un día intenso de montaña, aves y naturaleza. Nos quedamos unos minutos en silencio, absorbiendo la inmensidad del entorno antes de iniciar el viaje de vuelta a nuestro alojamiento.

Por la tarde, en el valle de Ourika, buscamos al Zarcero bereber (Iduna opaca) y al Pito bereber (Picus vaillantii), sin éxito. Vemos, eso sí, Herrerillo canario (Cyanistes teneriffae), además de Ruiseñor común (Luscinia megarhyncos), Bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) y Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). Pero la jornada se ve abruptamente interrumpida por una tormenta torrencial. La lluvia nos obliga a salir corriendo del campo y detener el coche por lo impracticable de la carretera. Afortunadamente conseguimos cruzar el puente del río y llegar al alojamiento sin problemas.

Terminamos el día con una ducha caliente y una cena con un tajine de pollo, satisfechos por las observaciones logradas en un entorno tan espectacular como el Alto Atlas.


Collalba del Atlas

Toubkal 4.167 metros

Colirrojo diademado




Valle del Ourika

Chova piquiguada

Pajareando por Oukaimeden

Ardilla terrestre de Berbería


Día 25 de abril
Desde Ourika a Dades


Reyezuelo listado

Pito bereber



Zorzal charlo

Arrancamos el día bien temprano, con el despertador sonando a las 5:30. Una hora más tarde, dejamos atrás el Jad Auberge y el verde Valle de Ourika. Hoy comienza nuestra transición hacia el sureste, rumbo a Boumalne Dades, con varias paradas estratégicas para seguir sumando especies clave del viaje.

La primera parada es el bosque de Toufliht, un pinar de montaña con ambiente fresco y silencioso. Aquí conseguimos ver al siempre activo Herrerillo canario (Cyanistes teneriffae) y a varios Reyezuelos listados (Regulus ignicapilla) entre unos arbustos buscando comida. Un inicio tranquilo que nos sirve para desperezarnos y ponernos en modo alerta para lo que está por venir.

Más adelante, desde la carretera, descubrimos un pueblecito pequeño llamado Argnanou, un sitio no señalado en eBird pero que intuimos como prometedor. Y no defrauda. Aquí conseguimos por fin uno de los objetivos pendientes, el Zarcero bereber (Iduna opaca), además de un precioso Escribano sahariano (Emberiza sahari), varios Bulbules naranjeros (Pycnonotus barbatus) y Pinzones magrebíes (Fringilla spodiogenys). Todo ello, en un entorno inesperado y mágico.

Nuestra siguiente parada es breve, en un pequeño bosquete junto a la N-9, donde detectamos un Pico picapinos (Dendrocopos major) y un Zorzal charlo (Turdus viscivorus), que se deja ver en el suelo con ceba en el pico, seguramente para sus pollos que no deben andar lejos.

Pero el momento más impactante del día ocurre en el pueblo de Aguelmouss. En apenas 20 minutos, conseguimos observar al escurridizo Pito bereber (Picus vaillantii), junto a un Papamoscas gris (Muscicapa striata) y un inquieto Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros). Justo cuando pensábamos que nada podía mejorar, presenciamos una escena inolvidable: un Águila real (Aquila chrysaetos) lanza un ataque relámpago sobre una grajilla. Aunque no logra capturarla, la potencia del lance nos deja literalmente paralizados. Un espectáculo salvaje y fascinante.

Ya en el tramo final del día, visitamos el embalse de Ouarzazate, donde el paisaje se vuelve más seco y abierto. Aquí, las aves propias de zonas áridas comienzan a hacerse presentes. Avistamos una Collalba desértica (Oenanthe deserti), también, Terrera sahariana (Ammomanes cinctura), otro Zarcero bereber (Iduna opaca), y un bonito Alzacola rojizo (Cercotrichas galactotes), aunque se encuentra algo lejos para la foto.

Finalmente, llegamos sobre las 20:15 al Riad Dades Birds, nuestro alojamiento en Ifri, un pueblo cercano a Boumalne Dades, gestionado por la familia de Brahim Mezane. Con él hemos organizado dos salidas clave: la de mañana por Tagdilt Track y otra posterior en el desierto de Merzouga, el día 28. Cerramos este intenso y fructífero día con una cena reparadora, una ducha rápida y directos a la cama, soñando ya con las aves esteparias del sur.


Paco en Argnanou

Río Tichka




Collalba desértica

Embalse de Ouarzazate


Zarcero bereber



Día 26 de abril
Tagdilt track


Collalba culirroja

Con Mustapha

Corredor sahariano

Hoy el día comienza con algo más de calma: el despertador suena a las 7:00, aunque a las 6:40 ya estamos en pie, impacientes por explorar. Nos aseamos y salimos directamente a pajarear por las huertas cercanas al Riad Dades Birds, antes del desayuno. En este paseo matutino, de apenas 35 minutos, disfrutamos de un ambiente fresco y tranquilo en el que destacan Escribano sahariano (Emberiza sahari), el siempre bienvenido Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), Zarcero bereber (Iduna opaca) y algún Pinzón magrebí (Fringilla spodiogenys), especies cada vez más frecuentes en nuestros recorridos.

A las 8:00 volvemos al alojamiento para desayunar. Poco después, nos encontramos con Mustapha, primo de Brahim Mezane, quien será nuestro guía para recorrer uno de los enclaves más emblemáticos para las aves esteparias del sur de Marruecos: Tagdilt Track.

Accedemos a la pista por la zona del basurero, un lugar tan lamentable como cargado de aves. El contraste entre el vertedero y la belleza del entorno es inevitable: el viento esparce plásticos por doquier, en medio de un espacio clave para la biodiversidad. Sin embargo, la naturaleza resiste. Pronto empezamos a registrar nuestras primeras especies: Collalba culirroja (Oenanthe moesta), Alondra ibis (Alaemon alaudipes), Alondra sahariana (Eremophila bilopha), Cogujada común (Galerida cristata) y otras especies propias del hábitat árido.

Nos dirigimos hacia una zona donde Mustapha nos asegura que suele haber buen número de Corredores saharianos (Cursorius cursor), y no se equivoca: localizamos varios ejemplares que nos entretienen durante un buen rato con su andar nervioso y elegante.

En otro sector de la estepa, visitamos una zona húmeda temporal donde, aunque no conseguimos ver la esperada concentración de Alondra sahariana (Eremophila bilopha), encontramos un juvenil de Calandria picogorda (Ramphocoris clotbey), además de unos cuantos Sapos norteafricanos (Bufotes boulengeri), así com, varios Lagartos de cola espinosa (Uromastyx nigriventris) que nos regalan un espectáculo inesperado bajo el sol del desierto.

Tras una breve parada en un punto donde se pueden observar las dos gangas que se ven en la península (Ganga ibérica y Ganga ortega) sin éxito, nos dirigimos hacia los cortados rocosos en busca del Búho desértico (Bubo ascalaphus). La búsqueda es breve: encontramos un adulto posado en una repisa y, para nuestra sorpresa, también dos pollos ya volanderos. La observación es excelente y las cámaras no paran. En el mismo lugar, disfrutamos de una Collalba núbica (Oenanthe lugens) y un activo grupo de Camachuelos trompeteros (Bucanetes githagineus).

Antes de finalizar la ruta, aún registramos una Collaba yebélica (Oenanthe leucopyga) y una Terrera sahariana (Ammomanes deserti). Regresamos al alojamiento para comer, pero la jornada no termina ahí.

Por la tarde, Paco y yo volvemos a Tagdilt, decididos a ver con más detalle a la Calandria picogorda (Ramphocoris clotbey) y a la Alondra sahariana (Eremophila bilopha), esta vez buscando ejemplares adultos. La estrategia funciona: logramos observar ambas especies con mejores condiciones, y además, presenciamos brevemente a un Busardo moro (Buteo rufinus cirtensis) alimentándose de una cabra muerta, aunque levanta el vuelo antes de que podamos disfrutarlo plenamente.

De vuelta al Riad Dades Birds, cerramos el día con una buena cena y el descanso merecido tras una de las jornadas más completas del viaje.


Collalba núbica

Alondra ibis




Sin perder detalle del búho

Calandria picogorda

Lagarto de cola espinosa

¡¡¡Con la bestia!!!

Collalba yebélica


Día 27 de abril
Camino a Merzouga (Garganta del Todra, Tinejdid y Rissani)


Tórtola europea

Valle del Dades

Curruca del Atlas

Hoy madrugamos de nuevo. A las 6:30 ya estamos en pie, y para las 7:00 ya tenemos los prismáticos colgados del cuello y la cámara en mano, dispuestos a repetir el paseo por los huertos cercanos al Riad Dades Birds, como ya hicimos la mañana anterior. Aunque el recorrido es breve, los primeros rayos de sol nos regalan un festival de colores y cantos.

Entre lo más destacado, aparece una Tórtola europea (Streptopelia turtur), que nos alegra especialmente por su cada vez más escasa presencia. También observamos varios Abejarucos europeos (Merops apiaster) lanzándose a por insectos en vuelo, y un activo Pico picapinos (Dendrocopos major) tamborileando en un tronco cercano. Una manera excelente de empezar el día.

A las 8:00 regresamos al alojamiento para desayunar. Después, llega el momento de despedirnos de Mustapha y del personal del Riad, con quienes hemos compartido rutas y conversaciones en estos dos últimos días. Nos ponemos en marcha hacia Merzouga, con unas cuatro horas de trayecto por delante y, como ya es costumbre, varias paradas ornitológicas en ruta.

La primera parada importante la hacemos en las Gargantas del Todra, un enclave natural de gran belleza que, sin embargo, se encuentra abarrotado de turistas cuando llegamos a las 11. A pesar de ello, subimos monte arriba, dejando atrás el bullicio, en busca de un objetivo concreto: la Curruca del Atlas (Curruca deserticola). El ascenso es exigente, pero ya desde los primeros pasos encontramos especies interesantes como Camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus) y un par de Papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca). La curruca no lo pone fácil, se muestra esquiva y distante, pero tras casi dos horas de esfuerzo, finalmente conseguimos verla, aunque sin la foto soñada.

Al haber invertido tanto tiempo en la búsqueda, decidimos hacer una pausa para comer antes de continuar hacia el este. La siguiente parada está entre Tinejdad y Goulmima, donde buscamos otra especie clave del viaje: la Prinia desértica (Scotocerca inquieta). Gracias a la localización precisa que nos dio Brahim, damos con ella enseguida, aunque también se muestra reacia a dejarse fotografiar bien.

Aún tenemos algo de margen antes de llegar a Merzouga, así que decidimos hacer una última parada en la antigua estación de depuración de aguas de Rissani, un punto bien referenciado en eBird. Y la visita supera todas las expectativas: logramos ver, por única vez en todo el viaje, Abejaruco persa (Merops persicus), con su plumaje verde intenso y su vuelo elegante. Con la luz del atardecer, también detectamos un buen paso migratorio de Mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix), y un nutrido grupo de escandalosos Turdoides rojizos (Argya fulva), además de otras especies más comunes que completan una tarde espectacular.

Con la caída de la noche llegamos finalmente a Merzouga, donde nos alojamos en el hotel Tifinagh Guest. Después de dejar el equipaje, salimos al pueblo a cenar. Cerramos el día con buen sabor de boca y muchas ganas de explorar el desierto al día siguiente.


Garganta del Todra

Prinia desértica




Habitat del Prinia desértica

Abejaruco persa

Cementerio en Rissani

Turdoide rojizo


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